Desde el binomio SER/PARECER elijo la piel y el orificio como paradigma de lo externo, creando unos dispositivos escultóricos que nacen desde mi contexto y deseo, planteando cómo las decisiones políticas se proyectan en lo doméstico de manera sutil y casi imperceptible. A través de la dicotomía entre blando/duro, público/privado, doméstico/salvaje, fragmento/todo, se potencian la utilización de técnicas tradicionales, relegadas al ámbito de la mujer, como el textil y la cerámica. Y por medio de las cuales resignifico y establezco relaciones de microresistencia, utilizando la analogía entre cuerpo y conducta.
Sustituyo el género femenino por una acción y una serie de objetos cerámicos que componen la mayoría del proyecto. Éstas se complementan con otros materiales que dan forma final a la idea que subyace en el título de cada pieza individual.
Planteo un laboratorio de formas para generar una serie de piezas que a través del cuerpo hablen de mí en particular y del género femenino universal en el contexto del hogar y lo doméstico; construyendo objetos que al introducirlos en una mirada íntima se descubra la ambigüedad de su esencia y con ello, su violencia implícita.
La casa como símbolo del espacio vital donde nos construimos y desde el lugar desde el que partimos, pero también como ese lugar de rutinas, hábitos y costumbres que marcan nuestra conducta y la manera de enfrentarnos al mundo. Poner la mesa me lleva a desarrollar una serie de estrategias que, sin olvidar aquellas que florecen desde el deseo, del afecto, la intuición y el azar; me ubican en la quebradiza línea de las tensiones cotidianas.
Los fragmentos.
Y los procesos del azar.
Siento que las cosas suceden por accidente.
Las multiplicidades.
Me encuentro inmersa en un mundo social que cada vez es menos físico y más virtual. El cuerpo como espacio que habitamos es ya solamente una cápsula que vestir y maquillar. Mi teléfono vibra constantemente mientras intento escribir sobre mi trabajo.
Desarrollo mi práctica desde una estructura cartográfica, donde diferentes conceptos e ideas se relacionan, acumulan y retroalimentan. De este modo, recopilar, pegar, juntar materiales y diversos objetos me ayudan a crear encuentros casuales, interacciones sencillas que hablan de un espacio y hábitat alterable, del azar y al mismo tiempo de la toma de decisiones. Decidir formalmente es vomitar en volúmenes mis pulsiones y mi entorno. Un proceso que recorre el papel desde el dibujo o los métodos gráficos de impresión, hasta el objeto o la instalación.
Planteo la escultura desde la necesidad del hacer, desde lo vivencial y lo cotidiano; lo que me permite construir una identidad y un cuerpo que sobrepasa los límites de mi carne.