Cada proyecto realizado en el seno de Polyphone toma como punto de partida un personaje, un objeto o una historia. Este elemento, real o imaginario, se transforma en hilo conductor, en una puerta de entrada que permite acercarse y dialogar con el entorno. Situado en un espacio todavía indefinido, entre el cine y las artes plásticas, entre la visión de un arte totalmente participativo y la del autor demiurgo, entre la ficción y el documental, Polyphone desarrolla proyectos en los cuales los residentes de los lugares del rodaje están invitados a encontrar su sitio particular. Historias corales se construyen, parecidas a leyendas urbanas, que convierten los proyectos de Polyphone en formas arborescentes, imposibles de predefinir. Son como investigaciones guiadas por los encuentros y las anécdotas de la vida cotidiana, que tejen relaciones con los diferentes actores (artísticos y sociales) locales que intervienen en ellos. Un juego con los imaginarios colectivos propios de los lugares donde nacen los proyectos. El rodaje se vuelve acto performativo, que no busca producir imágenes de ficción que serían totalmente desconectadas del mundo real. Lejos de una posición estándar o totalmente definida de antemano, cada participante de los proyectos de Polyphone tiene que recurrir a su inteligencia y sensibilidad particular para definir su papel singular en el seno de la historia colectiva.
