La boutade de Robert Musil sobre los monumentos es harto conocida. A pesar de su ubicación privilegiada, pasado un tiempo, ya nadie los ve: “Nada en el mundo es tan invisible”. Esto podría obedecer a que los materiales de que están hechos los lleva a durar más que la memoria y que la vida humana misma. El monumento “A los soldados de la provincia de Cuenca que murieron en África” es ya casi centenario y, efectivamente, las circunstancias que condujeron a su erección son en gran medida desconocidas por la mayoría.
Sería posible, entonces, atribuir a la ignorancia de estos pormenores la indiferencia que cotidianamente manifestamos respecto a los monumentos, pero el motivo básico de esa invisibilidad radica en que los monumentos los erige siempre la autoridad y vehiculan, indefectiblemente, la ideología dominante, la ideología de la élite dirigente. Solo se vuelven súbitamente visibles cuando tiene lugar un cambio de régimen político o cuando la evolución de la sensibilidad moral de una sociedad hace imposible compartir los valores que representa el monumento. Esto es lo que ha provocado históricamente su remoción o su violento derribo.
El monumento de Cuenca se inauguró en 1926, el año siguiente al golpe militar de Primo de Rivera; un golpe motivado, entre otras cosas, por el muy principal objetivo de impedir la publicación de las investigaciones en tono al acontecimiento conocido por la historiografía española como el “desastre de Annual” (1921). Esas investigaciones denunciaban la incompetencia de las autoridades militares y una escandalosa trama de corrupción en la base de todo el proyecto colonial español en Marruecos, implicando directamente a la figura del rey Alfonso XIII.
La dictadura emprendería en seguida una campaña orientada a desviar la atención de esos problemáticos asuntos, centrándose en la glorificación de los numerosos militares –entre 12.000 y 20.000– que perdieron la vida en aquella absurda aventura. Ahora bien, como si hubiese fallecido a causa de un desgraciado accidente o una catástrofe natural. Se omitió sistemáticamente que la inmensa mayoría eran jóvenes reclutas sin experiencia, llevados a la fuerza a una guerra orquestada a beneficio de la oligarquía y que acarreaba ya otros “desastres” previos, como el del Barranco del Lobo, en 1909. Se trataba, pues, de consagrar a los muertos en el altar de la patria como protagonistas de un sacrificio abstracto y que el olvido exculpara a los responsables de aquel horror.
Después de casi un siglo, el monumento permanece impasible. El blanqueamiento de aquel matadero continúa funcionando: la operación de mover a la compasión hacia los “nuestros” como un colectivo anonimizado fue y sigue siendo un éxito, un recurso infalible para ocultar el crimen y el sucio negocio que constituyen la guerra, el imperialismo y el colonialismo. Ayer y hoy. En el Rif o en Palestina.
Este proyecto persigue interpelar al monumento desde el presente, desde la invasión de Ucrania y el genocidio de Gaza: invitarlo a hablar acerca de aquello de lo que, con su presencia y su silencio encubre, hacerle hablar de lo que calla.
Rogelio López Cuenca (Málaga, 1959) es artista visual e investigador independiente; su trabajo gira en torno al análisis de los medios de comunicación masivos, la construcción de las identidades y la crítica cultural, labor que lleva a cabo mediante publicaciones, cursos, talleres, exposiciones, intervenciones en espacios públicos urbanos, en la TV o en Internet –www.malagana.com– recurriendo a procedimientos propios tanto de las artes visuales como de la literatura o las ciencias sociales.
Ha participado en las bienales de arte contemporáneo de Johannesburgo, Manifesta 1 (Rotterdam), Limerick (República de Irlanda), Lima, Sao Paulo, Guatemala, Estambul y Lubumbashi (República Democrática del Congo).
Sus trabajos más recientes abordan la manipulación de la historia y la memoria colectiva.
En 2019 se dedicó a su obra una exposición retrospectiva en el Museo Nacional-Centro de Arte Reina Sofía (Madrid) y en 2022 se le concedió el Premio Nacional de Artes Plásticas.








